Para ello, es importante saber interpretar los valores que aparecen en las tablas nutricionales para escoger la mejor opción. Y, en este espacio, vamos a darte algunas herramientas muy sencillas para que puedas que puedas conseguirlo.
Cuando vamos al supermercado hay muchos productos que se definen como ‘saludables’, pero no lo son. Podemos leer mensajes como: ¡Bajo en grasa! ¡Rico en vitaminas! ¡Alto en proteínas! ¡Rico en fibra! ¿Te suena?
Lamentablemente, la mayoría de estos productos no son tan beneficiosos como creemos y no es una buena opción comprarlos para llevar a cabo alimentación saludable. ¿Cómo puedes reconocerlos?
Fíjate en la lista de ingredientes:
Lo más importante, a la hora de valorar si un alimento es saludable o no, es fijarse en la lista de ingredientes.
En el etiquetado, éstos vienen ordenados de mayor a menor cantidad, es decir, los primeros que aparecen son los que están presentes en mayor proporción, y esto es lo que va a determinar la calidad del producto.
Los ingredientes que están en negrita, subrayados o con la letra más grande son los alérgenos que contienen.
INGREDIENTES A EVITAR
EL AZÚCAR
Siempre hay que mirar la cantidad de azúcar que llevan.
Si aparece en la lista, lo más frecuente es que sea añadido, el cual debemos evitar debido a que su consumo está asociado a enfermedades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad…
Éste puede salir en el etiquetado de diferentes formas, como, por ejemplo:
Glucosa, sacarosa, fructosa, lactosa, maltosa, dextrosa, galactosa, maltodextrina, miel, agave, jarabes, siropes, caramelo, néctar, almíbar…
¡OJO A LAS GRASAS!
Siempre debes priorizar aquellas grasas ricas en ácidos grasos saludables, como el aceite de oliva, aceite de girasol alto en oleico…
Ingredientes a evitar:
Aquellos que tengan grasas refinadas (aceites de semillas entre las que se encuentran las de girasol, palma, soja o maíz…), que son altos en omega 6 y producen inflamación, además de agravar ciertas enfermedades, como las cardiovasculares, el cáncer y algunas autoinmunes.
También, evita las llamadas grasas trans o las hidrogenadas (aceite vegetal hidrogenado o parcialmente hidrogenado o margarina vegetal) por su efecto perjudicial para la salud.
ATENCIÓN A LA SAL (Sodio)
No hay que olvidar la sal, que es un factor de riesgo para la hipertensión arterial.
La mejor opción, siempre, es elegir aquellos alimentos bajos en sal.
El producto que adquieras no debería contener más de un 0,12 g de sodio.
Con estos consejos, ya puedes elegir un producto que sea saludable y con un valor nutricional adecuado.